LA VIDA ES EL ESTADO DEFINITIVO

Donde hay Espacio existe el Tiempo, son dos concepciones inseparables. Albert Einstein presentó la teoría de la relatividad refiriéndose al Espacio-Tiempo como una sola unidad, a partir de allí esta idea se generalizó y ha quedado en el pasado-olvidado tal diferenciación científica. Incluso gracias a esta realidad, la literatura de ciencia-ficción encontró nuevas posibilidades para desarrollar los viajes en el tiempo desde un punto de vista más creíble. Sin embargo esto aún es terreno de ficción y no parece que pueda salir de ese campo.
El Espacio-Tiempo tiene raíces milenarias en el misticismo judío: los grandes kabalistas ya habían desarrollado la idea de la contracción del vacío para iniciar la creación de la materia; restringir el Vacío Absoluto marca una primera limitación, por lo tanto Espacio, por lo tanto el reloj universal empieza a correr.
Lo temporal solo tiene lugar donde hay materia física, es decir que fuera de esta dimensión de la vida como la conocemos, el estar vivos, hay Atemporalidad y esto es así porque tampoco hay Espacio. La dimensión que sobreviene a la muerte física es entonces un No-Lugar. Visto desde allí (si es que podemos hablar de un Allí puesto que no hay Espacio) nuestra percepción de Tiempo no es ilusoria porque tiene una manifestación cierta, sin embargo es apenas un modus operandi, una ley física que existe por la tridimensionalidad de nuestro sistema.



Un punto interesante aquí es descubrir el secreto de la paso de la secuencia unidimensionalidad (el Vacío infinito), bidimensionalidad (largura y ancho) y tercera dimensión física con los atributos que hoy gozamos.
Si tomamos como punto de partida el secreto de la letra sagrada HEI y unimos sus principales postulados vamos a obtener un mapa sumamente descriptivo:

  1. Mente. Ideas. Pensamiento - Ancho. Expansión. Linea Recta. Infinito.
  2. Palabra. Expresión. Comunicación. Sonido - Largura. Altura. Distancia. Vibración. Energía.
  3. Acción. Eventos - Profundidad. Sentidos. Emoción. Creación. Vida.
En el artículo anterior EL CUBO DE LA PROFUNDIDAD HUMANA descubrimos la figura del Cubo en el diseño de la letra HEI, o más apropiadamente, ella nos condujo a esta forma tridimensional en un relato sobre la composición del mundo físico. A la luz de estos resultados, todo hace suponer que hubo un origen de tipo mental, una gran consciencia infinita que como tal permanece y permanecerá. Luego aparece la primera limitación (largura o altura) que forma una figura de dos dimensiones, el sonido que es vibración (la palabra), la vibración que es primera manifestación de energía y movimiento. Finalmente el tercer estado dimensional como derivación natural del proceso: este mundo físico tridimensional, profundo, con volumen y peso, y entonces sensaciones, perspectiva, acción.
En otras palabras, el primer postulado nos lleva hacia una Sabiduría Infinita, la segunda hacia la Energía Emotiva y el Orden. Entonces desembocamos en esta dimensión física, la Acción Creativa Equilibrada.

Hasta ahora siempre se había presentado el estado de la Muerte o el Después de la Vida como el ambiente natural del Ser, como si al morir retornáramos a casa. No es así, en absoluto. El objetivo de nuestra evolución es este mundo físico, la muerte es un descanso y la consciencia universal es Dios.
Por eso todas las experiencias que conocemos de personas que han muerto por unos instantes y han regresado (el túnel de luz, la sensación de separación corporal, etc) es descrito como una dimensión de sensaciones, de emociones y sin espacio ni tiempo. El retorno a casa, a esta vida, es el objetivo permanente puesto que aquí es donde existe la posibilidad de crear, construir, reproducir y evolucionar. 
No hay límites. Dios se expande y crea a través de nosotros. Somos Uno.



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