EL PODER DE NUESTRA VIDA ES SHALOM (PAZ)



Bendíceme y protégeme. Vuelve tu mirada hacia mí y hazme resplandecer. Alza mi rostro y yo haré la paz (Shalom)
Esta es la esencia de la llamada Bendición Sacerdotal que se encuentra en Números 6: 24-26 de la Torah según fue revelado en el día de las luces Nun-Nun-Alef.
El gran valor de esta Bendición es haber logrado resumir cómo debe realizarse el camino espiritual del ser humano, las razones y su importancia para nuestra subsistencia y realización. Y la palabra clave que indica el camino y el objetivo es SHALOM.
Cuando yo aplico esta secuencia desde mí hacia los demás, el sentido es el mismo pero ahora soy yo quien hace la Labor, me convierto en compositor, transformo y creo una nueva realidad, mejoro el mundo y me reencuentro con la esencia más poderosa de la dimensión humana: el AMOR.
Yo te bendigo (te bien digo, te hablo con la verdad) y te protejo (es mi tarea mantenerte a salvo).
Vuelvo mi mirada hacia tí (me importas, te ayudo) y te hago resplandecer (te iluminas, mi mirada te reconforta y te aporta alegría en el corazón).
Alzo tu rostro (ahora eres fuerte de nuevo, tienes dignidad y puedes ver más allá) y tú harás la paz (estás listo para realizar tu propia labor, el Shalom)
Entonces yo estoy actuando según Shalom y tú estás listo para hacer tu tarea de Shalom. Pero ¿qué es Shalom, además de paz?. El original hebreo bíblico nos aclara y revela:

  • Colmado, completo.
  • Paz, pacificar, hacer las paces, llegar a un acuerdo.
  • Pagar, premiar, retribuir, restituir, cumplir, recompensar.
  • Quedar ileso, restaurar.
  • Hacer un voto, sacrificio u ofrenda de paz.

SHALOM se divide en tres partes:

  • Shin (Fuego, el Espíritu, Amor en estado puro o de fuego)
  • Lamed (Equilibrio, Justicia, Aprender para enseñar, Contacto físico o personal)
  • Mem Sofit (Agua, las Emociones, alcanzar la Sabiduría, Amor que se vierte como agua)

El espíritu es la energía pura trascendental que llevamos dentro. Para expresarse en su justa medida, sin ocasionar daños por causa de su ímpetuosa identidad o amor en bruto, debe contactarse con los demás, relacionarse y reconocer la misma esencia en el otro. Así el poder energético transformado en amor compartido por la fuerza del amor emocional, se vierte o expande hacia afuera, hacia el mundo y el círculo sabio de la vida se completa.
Esta es nuestra Labor, así traemos nosotros el Reino a la Tierra, así construimos el Jardín del Edén para nosotros, los otros y el Ser.


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